La delimitación de lo que debe
constituirse como formación básica es un problema que a diario hace reflexionar
a educadores, padres de familia e incluso al sector productivo y sigue abierto
a la multiplicidad de criterios, y que en este momento se encuentra en un punto
de máxima tensión para los involucrados en el proceso formativo de jóvenes y
niños. La razón principal por la que no se logra dar solución a este tipo de
problema, se debe a una concepción curricular disciplinar que mantiene espacios
de conocimientos fragmentados .Esta disposición no es coherente con la
propuesta de proyectos, ya que en éstos, se vislumbran los procesos de
formación como una competencia de todas las áreas de conocimiento y que no
puede lograrse desde ninguna disciplina en particular.
Como producto de los procesos culturales
la sociedad en mayor o menor grado se encuentra relacionada con . lo científico
y lo tecnológico en forma ineludible, encargando de ésta manera a la escuela de
la responsabilidad de crear actitudes científicas y tecnológicas en sus
estudiantes y asegurar una formación básica inicial, aunque aparecen diferentes
factores que directa o indirectamente abordan el problema y en algunas
oportunidades obstaculizan el acceso a las nuevas demandas de la modernidad..
Sin embargo la recuperación de la importancia del conocimiento en la escuela y
la urgencia de reconocer la necesidad de una formación en ciencias como una
competencia de los educadores, es una posibilidad de acceso a una nueva
racionalidad de la vida escolar .De la misma forma construir y ejecutar
proyectos educativos ,implica reconocer que la escuela es un espacio concreto
con individuos, que poseen unas tramas simbolizas que son las que le dan sentido
a sus acciones, y es sobre los significados de esas acciones que es posible
lograr acuerdos para construir realidad como producción humana perfectible
.Desde este orden de ideas Bernstein inquieto por el elevado fracaso e los
niños de las clases trabajadoras en el sistema educativo, plantea un modelo
pedagógico que de cierta manera abra expectativas y contribuya a una mayor
igualdad social y de adquisición del conocimiento, elaborando el concepto
mediador de código ,demostrando que las formas de socialización existentes,
como: la familia, la escuela entre otros presentan un sinnúmero de
desigualdades frente la adquisición de códigos que les permitan comprender los
principios que regulan el orden social. Para Bernstein los códigos se presentan
como la oportunidad para posicionar a los sujetos de forma desigual en dicha
estructura.,aunque según el autor, las habilidades lingüísticas estarían
disponibles por igual para todas las clases sociales. Por consiguiente es claro
determinar que las relaciones de poder dominante establecen fronteras entre
diferentes categorías; tal es el caso de materias del currículo escolar. El
principio de clasificación ayudaría, en relación con el exterior a un orden
reenviando al espacio social, y en relación con el individuo da lugar a un
orden mental fortaleciendo su capacidad para enfrentar los retos de su
cotidianidad. De la misma forma Bernstein ha tratado e interrelacionar las
transformaciones que se dan en el campo laboral y los cambios que se dan a
nivel familiar con los del sistema escolar. Finalmente se reconoce la práctica
educativa como un laboratorio para potenciar nuevas formas de convivencia y de
ingreso al orden social de la época, convirtiendo de esta manera a los PEI como
la salida para la construcción de una cultura democrática con mayor posibilidad
de igualdad social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario